Un estudio de cinco especies de arcillas de la región de Araracuara, en el departamento del Caquetá, evidenció que además de las aplicaciones tradicionales poseen propiedades antibacterianas. Las arcillas, utilizadas durante cientos de años por los indígenas para aliviar inflamaciones, úlceras y problemas de estómago, entre otras dolencias, demostraron su efectividad contra las bacterias. La investigación realizada por Ricardo Andrés Ballesteros, estudiante de Farmacia de la Universidad Nacional de Colombia, arrojó como resultado que estos minerales impiden el crecimiento de microorganismos patógenos, particularmente los que afectan la piel.
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