En 1631, poco después de la muerte de su mujer, Étienne Pascal se trasladó a París junto con sus tres hijos. Allí decide que es capaz de educarlos él solo. Los tres demuestran pronto muy buenas aptitudes intelectuales, en especial su hijo Blaise, que con tan sólo once años escribió un pequeño tratado sobre los sonidos de cuerpos en vibración. Su padre respondió ante esto prohibiéndole continuar dedicándose a las matemáticas por miedo a que perjudicaran sus estudios de Latín y Griego. No obstante, a pesar de sus prohibiciones, un día lo encontró escribiendo con un trozo de carbón en la pared, una demostración independiente de que los ángulos de un triángulo suman dos ángulos rectos. A partir de ahí al niño (ahora con doce años) se le permitió estudiar a Euclides, y lo que es más importante, se le permitió asistir como oyente a las asambleas de algunos de los mejores matemáticos y científicos de Europa, como Roberval, Desargues, Mydorge, Gassendi y Descartes. Con dieciséis años escribió su primer trabajo serio sobre matemática a modo de prueba llamado Essai pour les coniques ("Ensayo sobre cónicas"), basándose en un trabajo de Desargues que había merecido su interés. Esta obra se perdió, pues no fue publicada, y sólo nos queda un fragmento de una copia realizada por Leibniz (que había recibido el manuscrito completo a través del sobrino de Pascal, Étienne Périer).
Después de haber caído en desgracia, el padre de Pascal, con ayuda de su hija Jacqueline, fue nombrado por Richelieu como encargado de cobro de impuestos en Ruán, Normandía. Lo que, lejos de ser un premio, se convirtió en una labor titánica. Para ayudar a su padre en esta tarea, Blaise inventó y construyó la llamada Pascalina, la primera máquina sumadora de la historia, precursora de las calculadoras de hoy. Era de funcionamiento mecánico y basado en engranajes. Los historiadores de la computación reconocen su gran contribución en este campo. La Pascalina era capaz de realizar operaciones como la adición y la sustracción.
En 1654, incitado por Antoine Gombaud, caballero de Méré, quien le plantea el problema matemático de dividir una apuesta luego de la interrupción anticipada de un juego de azar ("problema de los puntos"), Blaise mantiene correspondencia con Pierre de Fermat y envía una primera aproximación al cálculo de probabilidades. Ese mismo año, Pascal publica el Tratado del triángulo aritmético en el que describe las propiedades y aplicaciones del triángulo aritmético o triángulo de Pascal, manera de presentar coeficientes binomiales (aunque los matemáticos chinos conocían el triángulo desde siglos atrás).
Años más tarde, Pascal formuló la hoy llamada Apuesta de Pascal, una reflexión filosófica sobre la creencia en Dios. Esta podría esquematizarse así (aunque las dos hojas del texto original sean mucho más ricas desde el punto de vista literario y teológico): si Dios no existe, nada pierde uno en creer en él, mientras que si existe, lo perderá todo por no creer.
Sus contribuciones notables a los campos del estudio de líquidos (hidrodinámica e hidrostática) se centraron en los principios sobre líquidos hidráulicos. Sus invenciones incluyen la prensa hidráulica (que usa la presión hidráulica para multiplicar la fuerza) y la jeringuilla. También aclaró conceptos tales como la presión (cuya unidad lleva su nombre) y el vacío.
Después de un accidente a finales de 1654 en el puente de Neuilly, en el que los caballos se hundieron pero el carruaje flotó milagrosamente, Pascal abandonó las matemáticas y la física casi definitivamente para dedicarse a la filosofía y a la teología.
En 1660, el rey Luis XIV ordenó la destrucción y quema de su obra Lettres provinciales, que postulaba una apología de su amigo Antoine Arnauld. Esta obra está considerada como un modelo de prosa francesa y de ironía, así como un texto de referencia para la teología moral.
Pascal murió a la edad de 39 años y se continúa especulando acerca de la posible enfermedad que acabó con su vida.
Pascal nunca terminó su trabajo más influyente, una apologia del cristianismo, de la cual solo conservamos una serie de notas que conocemos con el nombre de los Pensamientos. Una primera edición del libro, llamada de Port-Royal por la intervención de los amigos jansenistas de Pascal, apareció impresa en 1670, ocho años después de su muerte. Pronto se convirtió en una obra clásica de la literatura religiosa y filosófica. En los siglos XIX y XX fueron publicadas ediciones más próximas al texto original. Pascal está enterrado en el Cementerio de Sain-Étienne-du-Mont.
Años más tarde, Pascal formuló la hoy llamada Apuesta de Pascal, una reflexión filosófica sobre la creencia en Dios. Esta podría esquematizarse así (aunque las dos hojas del texto original sean mucho más ricas desde el punto de vista literario y teológico): si Dios no existe, nada pierde uno en creer en él, mientras que si existe, lo perderá todo por no creer.
Sus contribuciones notables a los campos del estudio de líquidos (hidrodinámica e hidrostática) se centraron en los principios sobre líquidos hidráulicos. Sus invenciones incluyen la prensa hidráulica (que usa la presión hidráulica para multiplicar la fuerza) y la jeringuilla. También aclaró conceptos tales como la presión (cuya unidad lleva su nombre) y el vacío.
Después de un accidente a finales de 1654 en el puente de Neuilly, en el que los caballos se hundieron pero el carruaje flotó milagrosamente, Pascal abandonó las matemáticas y la física casi definitivamente para dedicarse a la filosofía y a la teología.
En 1660, el rey Luis XIV ordenó la destrucción y quema de su obra Lettres provinciales, que postulaba una apología de su amigo Antoine Arnauld. Esta obra está considerada como un modelo de prosa francesa y de ironía, así como un texto de referencia para la teología moral.
Pascal murió a la edad de 39 años y se continúa especulando acerca de la posible enfermedad que acabó con su vida.
Pascal nunca terminó su trabajo más influyente, una apologia del cristianismo, de la cual solo conservamos una serie de notas que conocemos con el nombre de los Pensamientos. Una primera edición del libro, llamada de Port-Royal por la intervención de los amigos jansenistas de Pascal, apareció impresa en 1670, ocho años después de su muerte. Pronto se convirtió en una obra clásica de la literatura religiosa y filosófica. En los siglos XIX y XX fueron publicadas ediciones más próximas al texto original. Pascal está enterrado en el Cementerio de Sain-Étienne-du-Mont.